miércoles, 7 de octubre de 2015

Lo que callo

Hace unos días hubo una gran revuelta... Un familiar o alguien cercano tal vez, un nudo en él estómago, un llanto imparable. Lágrimas a borbotones...
Una herida abierta, se aferró en mi. Un lazo familiar que se deshizo, una parte de mi, quedo congelada. Deshaciéndose en mil pedazos. Queriendo ser fuerte. Pero esas ganas de ser fuerte se disipan. Un gran vacío lleno todo mi cuerpo, como si estuviera atada de pies y manos.
Es muy fuerte que una parte de ti, este tan lejos, ingresada, esa otra parte de mi. mi pequeña hermana! Hasta hace poco no ejercí de hermana mayor. Es un cambio de madurez que nunca había sacado. Un gran salto de 3 años... En mi vida había vivido algo parecido a esto. Aún sigo en shock! Es un gran cambio.
Me he puesto en tu posición y sé que has estado sufriendo, día tras día, intentando superar esta gran montaña que nos divide. Ay que luchar por los que amamos, por las personas que están solas, y sacar las fuerzas de donde nadie sabía que la tenían.  Esas fuerzas poco a poco se van relajando.
Que tu lucha por mejorar, va evolucionando cada vez más y mas.
Viendo que tu día a día, va a mejor. Mi pequeña hermana, me alegro que ya estés en casa. Que todo haya pasado, y que al día de hoy me tenga que pellizcar para ver que esto no ha sido un sueño.

ESTA LUCHA TODAVÍA NO LA HE GANADO.

Pero mi felicidad es verte, abrazarte, y sentir que te tengo a mi lado una vez más. Te perdí en ese transito,  dije cosas  de las que no me arrepiento, pero ahora veo que repercuten en mi. Son muchas luchas desde primeros de mes de septiembre, pero han transcurrido dos semanas. Y no me separaré de ti jamas.